sábado, 26 de enero de 2013

El primer monumento románico de Asturias exhibe sus nuevos tesoros

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El concejo de Teverga despliega sus variados atractivos en ciento setenta kilómetros cuadrados de sincera exhibición, custodiado por las impresionantes cadenas montañosas que lo abrazan: Sobia, La Mesa y la sierra de Santa Cristina. Teverga, a donde se accede por la sinuosa AS-228, se asemeja a un bello tesoro cuyo imponente cofre estaría formado por las paredes calizas que le rodean. Ubicado en la Reserva Mundial de la Biosfera de Las Ubiñas-La Mesa, este municipio posee todos los atractivos que busca el amante de la cultura, la naturaleza, el deporte y alguna emoción gastronómica. En el corazón del llamado Valle de Carzana se yergue desde el siglo XI, en la pedanía de La Plaza, la iglesia de San Pedro (Bien de Interés Histórico-Artístico), templo de transición entre el prerrománico y el románico primitivo y al que la subvención del Ministerio de Cultura, el empeño de los vecinos y la mano del hombre han devuelto su esplendor a través de una completa restauración. Cubiertas, fachadas y el claustro del siglo XVII han sido rehabilitados por riesgo de derrumbe, y ya lucen sólidos a la espera de visitantes. Incluso las campanas, mudas desde hace quince años, han vuelto a tañer gracias a un moderno electromazo. Los trabajos de recuperación de la Colegiata, escuela de los niños del lugar a principios del siglo XX, han sacado a la luz interesantes secretos: restos de tumbas, monedas del siglo XIV… En la visita a la Colegiata, además de admirar en la iglesia los toscos capiteles de originalísima talla, sorprende la sencilla belleza de su Cristo románico, y en el resto de dependencias, la cátedra gótica del abad Fernando Alfonso, o ya en la sacristía, la inevitable mirada a los cuerpos momificados del Marqués de Valdecarzana y su hijo, el obispo Pedro Analso de Miranda, que se exhiben en sendas vitrinas. Como elementos más recientes, la gallarda torre campanario, del siglo XVIII, al igual que la casa rectoral, anexa al conjunto eclesiástico.

www.tevergaturismo.com

Por la Senda del Oso hasta el Parque de la Prehistoria

Como municipio minero que fue desde principios del siglo XX, Teverga aún conserva el trazado férreo por donde el viejo tren llevaba el carbón a la Fábrica de Armas de Trubia y que, con el tiempo, se transformó en la conocida Senda del Oso, llamada así no solo por la constatada presencia de este emblemático animal en los montes teverganos sino también por el visitadísimo cercado, junto a Proaza, donde habitan las osas Paca y Tola, de un indudable atractivo turístico (www.osodeasturias.es). Aparte de este itinerario, muy transitado tanto por senderistas como por cicloturistas, y cuya longitud se extiende, desde Santo Adriano (Tuñón) hasta Cueva Huerta (Teverga), en unos cerca de 30 kilómetros, este concejo ha sabido darle forma a su importante legado prehistórico dotándole de un Parque de la Prehistoria. En tres modernísimos edificios, que se funden con la vegetación de la zona, se enseña al visitante, en réplicas exactas, las muestras más representativas del arte del Paleolítico Superior en Europa, como, por ejemplo, las pinturas y grabados de las cuevas de Tito Bustillo y Candamo (Asturias), Altamira (Cantabria) y Niaux y Lascaux (Francia), entre otras (www.parquedelaprehistoria.es). La Senda del Oso conecta con el Parque de la Prehistoria de Teverga por una vía directa, ya en el último tramo del recorrido.


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